Cuando un bebé nace prematuro, tanto los profesionales como
los padres tienen la misión de tratar de ofrecerle unas condiciones lo más
parecidas posible a las que tenía dentro del útero, para evitar una
hiperestimulación que les haga estar más nerviosos y que pueda afectar a su
correcto desarrollo.
Por eso desde hace muchos años se recomienda el método madre
canguro (tener al bebé piel con piel cuanto más tiempo mejor), y por eso
algunas unidades neonatales están pidiendo a la gente que haga pulpos de ganchillo,
para cuando estén en la incubadora o en sus cunitas.
Devolviéndoles "el cordón umbilical"
Se sabe, por las numerosas ecografías hechas a bebés, que
durante el embarazo son muchas las ocasiones en que se topan con el cordón
umbilical, lo tocan e incluso lo sujetan entre sus dedos. Al nacer prematuros
deben despedirse de su cordón antes de tiempo, de modo que ponerle un pulpo de
ganchillo con sus ocho patas no es más que una manera de darle de nuevo un
cordón al que aferrarse en algunos momentos.
Según leemos en Hello Giggles, una enfermera de la UCIN del
Hospital Poole, en Dorset, Reino Unido, sugirió la idea y han visto que cuando
los tienen al lado, los bebés prematuros se aferran a las patas como si se
tratara de su cordón, sintiéndose (en teoría) aún conectados de algún modo a
algo mayor que los protege.
Una iniciativa que no es nueva
Aunque para muchas personas es desconocida, hay iniciativas
como Spruttegruppen, en Dinamarca, que llevan gestionado la recogida y entrega
de los pulpos de ganchillo desde el año 2013. En los años que llevan activos
han entregado a diversos hospitales más de 21 mil pulpos hechos por personas
voluntarias.
Hasta puede verse en la página un ránking con el número de
pulpos entregados cada año a cada hospital, y cuentan con manuales e
instrucciones para que quien quiera, pueda hacerlos también, ya que la longitud
de las patas del pulpo está limitada a 8'6 pulgadas (21,84 cm) para evitar
posibles riesgos.
Estupendo, siempre que no sustituya a los brazo de mamá y papá
Es posible que tener un pulpo al lado, y poder sujetarse a
las patas les recuerde un poquito, al menos un poquito, al tiempo en el que
estaban en el útero, y que sea beneficioso para ellos. Sin embargo, no hay nada
más beneficioso y que pueda recordar a mamá que el pecho de mamá, piel con
piel; o en su defecto, el de papá.
Si los pulpos tienen como objetivo ser un complemento al
método madre canguro, bienvenidos sean. Si en cambio provocan una falsa
sensación de seguridad en los padres, que sienten que con eso ya es suficiente
para que estén tranquilos y tengan mejor desarrollo, es mejor explicar
claramente que pueden servir de ayuda para momentos concretos, pero que lo más
importante para el bebé y para los padres es que pasen juntos cuanto más tiempo
mejor.
No olvidemos que hablamos de bebés prematuros y que
necesitan más cuidados, más atención, y unos padres un poco más expertos en
todo ello, y más reactivos a las demandas del bebé.
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